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07.07.2018 / Por pipo
Bajo el GDPR, si se recopila o almacena cualquier información que pueda vincularse con un individuo, el proceso contará como información personal. Es decir, si se permite que los clientes creen cuentas en la tienda o que se tomen sus direcciones de correo electrónico, ambas se considerarían como “datos personales”. E incluso la información más rudimentaria, como una dirección IP que no identifica a una persona específica, contará como dato personal. ¿Cómo pueden, por tanto, adaptarse las tiendas de Internet?
Bajo la prevalencia del Reglamento Europeo de Protección de Datos, las tiendas online deberán extremar la precaución en todas sus gestiones y procesamientos. En primer lugar, siempre que un cliente nuevo acceda a su servicio mediante registro, deben notificar a la Agencia Española de Protección de Datos (AGDP) los ficheros que recogen la información detallada en los formularios de inscripción, así como cualquier alteración de los mismos.
Bajo la prevalencia del Reglamento Europeo de Protección de Datos, las tiendas online deberán extremar la precaución en todas sus gestiones y procesamientos. En primer lugar, siempre que un cliente nuevo acceda a su servicio mediante registro, deben notificar a la Agencia Española de Protección de Datos (AGDP) los ficheros que recogen la información detallada en los formularios de inscripción, así como cualquier alteración de los mismos.